Quiénes somos
Cal Kika es el resultado de una historia familiar unida por la pasión por la fruta de hueso. En Aitona, un pequeño pueblo de Lleida donde la agricultura ha marcado la vida de generaciones, nuestra familia ha estado siempre vinculada al cultivo de melocotones, nectarinas y paraguayos. Tres generaciones han trabajado la tierra con esfuerzo y dedicación, manteniendo viva una tradición que forma parte de la identidad de la región.
De esa herencia nace el proyecto de Cal Kika, con la ilusión de transformar la fruta de nuestros campos en conservas de la máxima calidad. Un proyecto que empezó con un objetivo claro: conservar lo mejor de la fruta de Aitona durante todo el año, respetando su sabor, su aroma y su autenticidad.
Nuestro origen también está profundamente ligado al fenómeno del fruiturisme. Cada primavera, cuando los frutales florecen y tiñen el paisaje de un rosa intenso, Aitona recibe a miles de visitantes que vienen a descubrir la belleza de nuestros campos. Ese vínculo entre tierra, cultura y fruta nos inspiró para dar un paso más: llevar a cada tarro de Cal Kika no solo un producto, sino una experiencia que conecta con la esencia de Aitona.
En Cal Kika creemos en el valor de la tradición, en la importancia de cuidar cada detalle de manera artesanal y en la fuerza de un producto auténtico que habla por sí mismo. Nuestra misión es clara: honrar el origen y ofrecer fruta excepcional, trabajada con dedicación y respeto, para que llegue a la mesa con toda su frescura y carácter.